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¿Es necesario un abogado?

La relación que impera entre los profesionales del derecho y la sociedad mexicana, en la actualidad, dista mucho de ser cuando menos buena, esto se debe en gran medida, a la falta de dignificación en los quehaceres jurídicos por parte de los propios abogados, quienes en el ánimo de concentrar una mayor cantidad de juicios y con ellos, la esperanza de mayores retribuciones económicas y sociales, ofrecen a sus clientes soluciones imposibles en tiempos cortos y por cantidades módicas como retribución, lo que trae como resultado demandas sin hechos, ni peticiones claras, ambigüedad en los procesos, errores en la litis, aumento en la carga de trabajo en juzgados y sobre todo rezago, el cual afecta a la mayoría de las ramas del derecho e imposibilita que incluso aquellos juicios que son planteados de manera más que correcta sean dilatados por peticiones burdas derivadas de la imposibilidad de expresar de manera clara, concisa y jurídicamente viable las encomiendas de sus clientes. Esto claro está, no es sólo culpa de los abogados, sino también de la sociedad mexicana que se ha encargado de menospreciar día con día las labores de los profesionales del derecho, percibiéndolas como fáciles y accesibles al razonamiento de cualquier ser humano sin talento ni preparación, creyendo que con la sola expresión de sus más amplios deseos conseguirán que, por arte de magia sus representantes realicen trucos y malabares para conseguirlos y hacerlos realidad y que una vez esto pase o este cerca de suceder, realicen hasta las más ínfimas acciones con el objetivo de no retribuir el pago de lo trabajado en su favor.


Ante lo anterior, resulta más que evidente la necesidad de dignificación de nuestra profesión, el poder dejar en claro a la sociedad que nuestras labores y razonamientos son más que necesarios en la búsqueda de un sociedad más justa y equitativa, una sociedad donde todos y cada uno de los que la conforman tengan acceso a servicios jurídicos basados en la ética, la confianza y la verdad, misma de la que carecemos cada día más, es por ello que hoy es un gran día para nuestro equipo de jóvenes abogados, hoy es el día en el que comenzaremos nuestra búsqueda por la dignificación de nuestra profesión, llevando como bandera el auxilio de los afligidos, de los penitentes, de los olvidados, de aquellas personas que no cuentan con las posibilidades de conversar siquiera con un abogado, ya no más, nuestro proyecto ha iniciado y buscaremos que florezca por el bien de nuestra sociedad y nuestra profesión.


Gracias por confiar en nosotros, tus amigos licenciados.

 
 
 

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